La gente habla consigo misma en voz alta por muchas razones. Puede deberse a la soledad, al estrés, a la ansiedad o incluso a un trauma. Sin embargo, por lo general, hablar consigo mismo es una forma sana, normal e incluso beneficiosa de procesar los pensamientos y las experiencias.
Este artículo explica la diferencia entre la autoconversación saludable y la preocupante, ofrece consejos para adoptar la autoconversación y formas de detenerla, y da información sobre las enfermedades mentales asociadas.
¿Por qué algunas personas hablan consigo mismas?
Todo el mundo tiene un monólogo interno; algunos se dedican a él hablándose a sí mismos en voz alta, mientras que otros se callan. Hay dos teorías que explican por qué las personas hablan consigo mismas:
- La teoría del aislamiento social: Pasar mucho tiempo a solas hace que las personas sean más propensas a hablar solas.
- La teoría de la alteración cognitiva: Hablar consigo mismo se produce cuando uno se enfrenta a algo difícil o traumático que afecta a su bienestar psicológico
Las diferentes funciones de la autoconversación incluyen:
- Autocrítica: “He sonado ridículo durante esa reunión”.
- Autorrefuerzo: “Estoy preparado y lo haré bien durante la presentación de mañana”.
- Autocontrol: “No te olvides de acudir a esa cita hoy”.
- Valoración social: “Cuando le invite a salir, es probable que diga que sí”.
Otras razones por las que alguien puede hablar consigo mismo son el razonamiento, la resolución de problemas, la planificación, la atención y la motivación.
Los beneficios de hablar consigo mismo
Hablar consigo mismo puede ser útil de varias maneras. Puede ayudarle a no ceder a los impulsos, a orientarse en situaciones difíciles y a mantener el rumbo de sus objetivos. Los deportistas, por ejemplo, suelen utilizar la autoconversación para mantenerse motivados y alcanzar sus objetivos.
¿Cuándo empieza a hablarse a sí mismo?
La mayoría de los niños comienzan a hablar consigo mismos alrededor de los 2 o 3 años. A partir de los 5 años, el diálogo consigo mismo suele ser más interno, pero nunca desaparece del todo.
Cómo aceptarlo
Intenta emplear la autoconversación como motivación o estímulo. Una frase corta como “¡Sigue adelante!” es más eficaz que una conversación. Específica en qué tienes que centrarte, por ejemplo, en no decir la palabra “Um” durante una gran presentación, y usa la autoconversación para mantenerte en la tarea. Se ha demostrado que las autoconversaciones destinadas a motivar, como “Lo tienes”, y a instruir, como “Mantén la vista en la pelota”, son igualmente beneficiosas.
Experiencias de la infancia y autoexpresión
Las investigaciones demuestran que los adultos que tuvieron un amigo imaginario o que fueron hijos únicos durante su infancia son más propensos a hablar consigo mismos cuando son adultos.
Cómo dejar de hablar con uno mismo
Dado que la autoconversación es una parte natural de la existencia humana, puede ser un reto dejar de hacerlo, especialmente si es frecuente. Aquí tienes algunos consejos para hablar contigo mismo con menos frecuencia:
- Ser autoobservador: Date cuenta de cuándo te hablas a ti mismo y presta atención a por qué lo haces. Cuanto más entiendas por qué te hablas a ti mismo, más éxito tendrás en dejar de hacerlo.
- Utiliza una acción alternativa: Cada vez que notes que te hablas a ti mismo, haz otra cosa en su lugar, como escribir o simplemente pensar en tus pensamientos.
- Consiga apoyo: Una de las razones por las que la gente habla consigo misma es la soledad. Identifica a las personas a las que puedes acudir cuando quieras hablar y asegúrate de no aislarte de los demás.
- Utiliza herramientas de organización: Si habla consigo mismo para organizarse, pruebe a escribir listas de tareas, utilizar un calendario o establecer recordatorios para mantenerse al día.
¿Cuándo es motivo de preocupación?
Al igual que la autoconversación puede ser beneficiosa, a veces puede ser perjudicial. Cuando la autoconversación se vuelve negativa o crítica, crea una narrativa poco saludable que puede afectar a su autoestima.
Las investigaciones también apoyan la idea de que algunas personas que hablan consigo mismas con más frecuencia lo hacen por soledad o porque no tienen relaciones sociales saludables o suficientes. Hable con un profesional de la salud mental si la autoconversación está asociada a la sensación de soledad o a síntomas de ansiedad o depresión.
Afecciones de salud mental asociadas a la autoconversación
Ciertas enfermedades mentales se asocian con niveles más altos de alteración cognitiva, lo que puede llevar a las personas a autohablarse para resolverlas. Utilizado de esta manera, el autoconversación puede ser reconfortante y puede ayudar a sobrellevar la situación. Algunas enfermedades mentales asociadas al autoconversión son
- Ansiedad
- Trastorno obsesivo-compulsivo
- Esquizofrenia
- TEPT
- Depresión
Una forma de distinguir entre una autoconversación sana y una posible psicosis (pérdida de contacto con la realidad) es prestar atención a cómo aparecen las voces. La autoconversación interna saludable es más bien una conversación consciente. Si estás respondiendo a voces en tu cabeza y no has creado conscientemente el diálogo, si hay más de una voz dialogando a la vez, o si hay sonidos, olores o imágenes vívidas que acompañan a las voces, es importante hablar con un proveedor de salud mental.
Cuándo buscar ayuda profesional
Si quieres dejar de hablar contigo mismo, pero te resulta difícil, te sientes muy ansioso o escuchas otras voces que te hablan, es fundamental que hables con un profesional de la salud mental para descartar que se trate de una enfermedad mental.
Resumen
Hablar consigo mismo es una parte normal y natural del ser humano. Las personas se hablan a sí mismas por muchas razones, como la autocrítica, el autorrefuerzo, la autogestión, la evaluación social, la resolución de problemas y la motivación.
Sin embargo, a veces, hablar consigo mismo puede ser motivo de preocupación. Podría ser un síntoma de una enfermedad mental si es incontrolable, se asocia con altos niveles de ansiedad o síntomas de depresión, o si las palabras son confusas y no tienen sentido. Si este es el caso, habla con un profesional de la salud mental.
Puede que te preocupe por qué o con qué frecuencia hablas contigo mismo, pero en la mayoría de las situaciones, es completamente normal y saludable hablar en voz alta. Puede ser una forma útil de animarse o mantenerse motivado. Si te sientes solo, triste, ansioso o fuera de control, habla con un profesional de la salud mental.