La fuerza mental es el arma del éxito. Muchos creen que es algo con lo que se nace, pero es un mito fácil de desmentir.

La fuerza mental es el producto de la Inteligencia Emocional, o EQ, que a menudo se considera que supera incluso al cociente de inteligencia, o IQ. Es una habilidad flexible que puede mejorarse con esfuerzo y para aquellos que deseen poseer esta codiciada habilidad, es igual de importante saber qué no hacer, como saber qué hacer, para conseguirla. Aquí hay 6 cosas que las personas mentalmente fuertes con una alta Inteligencia Emocional, EQ, nunca hacen
Quedarse en su zona de confort
Son cada vez más conscientes de sus limitaciones y aceptan constantemente retos para superar sus límites y dominar cosas nuevas. Por supuesto, mantener los ojos cerrados ante sus debilidades es infinitamente más cómodo, porque a nadie le gusta verse a sí mismo en inferioridad de condiciones, pero la complacencia nunca conduce a una alta Inteligencia Emocional.
Dejar que el miedo les controle
A menudo se dice que la valentía no es más que tener miedo de algo y hacerlo de todos modos. Esto es cierto, especialmente cuando se trata de la propia carrera, y puede implicar asumir miedos como hablar en público o presentarse a un ascenso. Las personas mentalmente fuertes reconocen sus miedos, pero siguen adelante y también se dan cuenta de que ceder a sus reservas supondría una pérdida segura; intentar superarlos al menos les da una oportunidad de luchar.
Dejar de creer en sí mismos
Perseveran a pesar de los fracasos y aprenden de sus errores en lugar de tratarlos como barreras impenetrables. Luchan contra la monotonía y los sentimientos momentáneos, así como contra los comentarios negativos de otras personas.
Guardan rencor o permanecen cerca de personas negativas
Los rencores traen consigo emociones negativas y estrés, que pueden tener efectos drásticos en la salud de una persona con el tiempo. La negatividad también nubla el juicio y les distrae de su verdadero objetivo. Del mismo modo, estar cerca de personas tóxicas puede mermar los niveles de energía de una persona. Las personas motivadas saben la diferencia entre prestar un oído comprensivo y dejarse arrastrar por su espiral emocional de autocompasión, y tienen cuidado de no pisar la línea.
Sentirse con derecho o ponerse celoso
Las personas emocionalmente estables entienden que el mundo es una meritocracia y creen que hay que trabajar para conseguir oportunidades en lugar de esperar que se las den. Asumen la responsabilidad de sus éxitos y fracasos y no sienten envidia de los triunfos ajenos porque son conscientes de que la felicidad de los demás no les quita nada a sus logros.
Permiten que la gente dicte su felicidad
Las personas de mentalidad fuerte no comparan su éxito con el de los demás. Saben que cada persona es diferente y que tendrá una proporción diferente de éxitos y fracasos. Dicho esto, tampoco permiten que otras personas controlen su felicidad. Su motivación para el éxito es intrínseca y toman todas las opiniones externas con pinzas.