¿Qué es la inteligencia emocional? ¿Qué es la inteligencia social? ¿Son importantes?
¿Qué es la inteligencia emocional? Todos hemos oído hablar de la inteligencia emocional y de su importancia en las relaciones. Pero, ¿qué es realmente? La mejor manera de pensar en la inteligencia emocional (al menos en la parte que puede desarrollarse) es un conjunto de habilidades de comunicación emocional. Esto significa la capacidad de transmitir a los demás las emociones sentidas con precisión, la capacidad de “leer” los mensajes emocionales de los demás, y la regulación y el control de la experiencia y la expresión de las emociones.
¿Y qué es la inteligencia social? Piense en la inteligencia social como un conocimiento general y una habilidad para entender a las personas y las situaciones sociales. Algunas personas lo llaman “sentido común” o “inteligencia de la calle” o simplemente tacto. Algunos ejemplos de elementos de la inteligencia social son
- Habilidades conversacionales:
Saber qué decir, cómo decirlo y que no se te trabe la lengua. - Conocimiento de los roles sociales y de las normas sociales tácitas:
Piense en esto como “saber jugar el juego” de las interacciones sociales. - Capacidad de escucha eficaz:
Ser un buen oyente no solo ayuda a establecer conexiones con los demás, sino que también hace que la otra persona se sienta bien en la interacción. - Habilidades de gestión de la impresión:
Mantener un delicado equilibrio entre el control de la imagen que se da a los demás y la autenticidad. - Entender lo que hace que otras personas “se muevan”:
Estar en sintonía con el comportamiento de los demás y ser capaz de entender las circunstancias de los demás para saber de dónde vienen. - Autoeficacia social:
Sentirse cómodo con otras personas y tener confianza en su capacidad para interactuar con los demás.
Estrategias para mejorar la inteligencia emocional y social
Conviértase en un observador de personas.
Aprenda el valor de observar a los demás. Preste atención a las sutiles señales no verbales del tono de voz, las expresiones faciales, los movimientos corporales y la postura de los demás.
Sea más consciente de su propio comportamiento emocional.
Por ejemplo, algunas personas tienden a parecer enfadadas (o felices) incluso cuando no están experimentando estas emociones (es decir, “cara de enfado en reposo”), o no son conscientes de las emociones que están transmitiendo. Obtenga información sobre cómo transmite sus emociones a los demás.
Aprenda a mantener una conversación trivial.
Trabaje en sus habilidades de conversación. Práctica cómo entablar conversaciones con extraños mientras esperas en la cola o en el transporte público. Intenta que la conversación sea interesante y socialmente gratificante para ambos.
Practique la oratoria.
Considere la posibilidad de hacer un curso o unirse a un grupo como Toastmasters, que ofrezca oportunidades para practicar la oratoria.
Toma clases de actuación o improvisación.
Los colegios comunitarios y los teatros suelen ofrecer clases de interpretación e improvisación. Tener que representar papeles o idear conversaciones “sobre la marcha” son buenas estrategias para desarrollar tanto la inteligencia emocional como, sobre todo, la social.
Las habilidades emocionales y sociales que subyacen a estas “inteligencias” son los elementos básicos necesarios para tener éxito en la interacción social y en muchos trabajos o puestos de liderazgo. El desarrollo de estas habilidades aumentará tu inteligencia emocional y social en general.