Crear, mantener y completar los objetivos que nos proponemos es un gran método para seguir creciendo como individuos, tanto personal como profesionalmente. Sin embargo, la realidad es que mantener la motivación para completar dichos objetivos puede parecer una lucha para muchos de nosotros. Una de las principales razones por las que nos sentimos así es que muchas de las cosas que tenemos que realizar en el día a día de nuestras vidas no nos motivan, incluso sabiendo que tienen que hacerse.
Cuando hago coaching a clientes que se sienten desmotivados, me gusta empezar preguntando cuáles son sus objetivos actuales, tanto a largo como a corto plazo. A partir de ahí, podemos evaluar por qué se sienten así y empezar a construir objetivos que promuevan el crecimiento. Entonces se puede invertir en ellos como individuos en lugar de hacerlo por fuentes externas.
Como seres humanos, completar los objetivos nos hace sentir bien por una razón; está en nuestra naturaleza establecerlos y alcanzarlos. Aquí, discutiremos cómo la motivación es única para nosotros como individuos, cómo crear estratégicamente metas que nos impulsen, y estrategias prácticas para mantenernos motivados cuando nos apegamos a nuestras metas.
Entender por qué los objetivos nos motivan y las tareas no
Como seres humanos, operamos con un comportamiento innato orientado a las metas para encontrar motivación en lo que hacemos. A menudo establecemos metas sin darnos cuenta para iniciar, guiar y mantener dicho comportamiento. Aunque sabemos que la motivación está ahí para todos nosotros, a menudo seguimos luchando para encontrarla o utilizarla de la forma adecuada.
Por ejemplo, las tareas domésticas. Lavar los platos no es algo que normalmente nos motive a hacer. Incluso puede desmotivarnos ver la pila de platos en el fregadero. Aquí es donde entra en juego el establecimiento de objetivos estratégicos para la motivación. Al crear objetivos que son específicos para las cosas que nos impulsan como individuos, podemos crear motivación para nosotros mismos para completar las cosas. Esto puede ser si se trata de entrar en una nueva rutina en el trabajo, mantenerse constante con una dieta, o mantener su fregadero limpio.
Averigua qué te motiva (y qué no)
Uno de los pasos más importantes para encontrar la motivación mediante la fijación de objetivos es comprender los factores únicos que nos impulsan. No hace falta decir que, como individuos, queremos y nos motivan cosas diferentes. Al comprender lo que te motiva, el proceso de fijación de objetivos se vuelve mucho más claro.
Para saber cuáles son tus verdaderos objetivos, primero tenemos que entender los detalles intrínsecos de lo que realmente nos importa. Estos se basan en los valores, las creencias, las experiencias y los comportamientos que tenemos. Una herramienta que suelo utilizar con los clientes para ayudarles a comprender mejor lo que les motiva a ellos y a los que les rodean es la Evaluación DiSC.
Me motiva mucho seguir aprendiendo y ayudar a los demás. Como comprendo que son cosas que me motivan, a menudo establezco objetivos que se ajustan a ellas. Por ejemplo, tengo el objetivo de convertirme en un mejor consultor para mis clientes al seguir ampliando mis propias habilidades. Además de estar en consonancia con uno de mis valores fundamentales, este objetivo también se puede medir a través de las mediciones de los comentarios de los clientes y me ayuda a mantenerme motivado cuando trabajo en las entregas diarias, que a menudo pueden parecer tareas agotadoras por sí solas.
Adicionalmente, ayuda a entender lo que no nos motiva. Los objetivos de evasión no suelen ser eficaces (por ejemplo, la pérdida de peso). Tu objetivo no debería ser evitar comer un trozo de tarta, porque tu cerebro reconoce un objetivo a corto plazo de la misma manera que una tarea. Los objetivos de evitación también preparan al cerebro para pensar en lo que estamos tratando de evitar más a menudo. En cierto modo, atrae la atención hacia lo que sea, en este caso, la tarta, lo que hace más probable el fracaso.
Además, los objetivos extrínsecos del tipo “zanahoria en un palo” suelen ser eficaces solo si nos importa la persona que los ofrece.
Asegúrese de que sus objetivos son alcanzables
Aunque establecer objetivos es una gran manera de crear motivación, una de las partes más difíciles de completar un objetivo puede ser encontrar la motivación para hacerlo, irónicamente. Esto se debe a que a menudo podemos tener un exceso de confianza y establecer objetivos que no son realistas o alcanzables en primer lugar.
Probablemente, todos somos culpables de haber establecido un propósito de Año Nuevo, solo para abandonarlo unos meses después. Esto se debe a que nuestros intereses crecen y cambian constantemente, por lo que es fácil perder de vista los grandes objetivos anuales. Considere la posibilidad de establecer un objetivo mensual, semanal o incluso diario de una cosa que le gustaría lograr. De este modo, podremos seguir siendo productivos y sentirnos bien al completarlos constantemente.
Además, hay que tener en cuenta el “problema del medio” a la hora de generar objetivos digeribles y alcanzables a corto plazo. Se trata de la idea de que estamos más motivados tanto al principio como al final de nuestros objetivos, y que nos cuesta más la parte central. Por ello, crear objetivos de una semana de duración puede ayudar a minimizar ese “tiempo medio”, ya que el punto medio solo sería el miércoles.
Además de elegir los plazos adecuados para tus objetivos, también ayuda que sean medibles. Por ejemplo, establecer un objetivo de ponerse en forma puede significar muchas cosas diferentes, lo que hace difícil completarlo realmente. Si te pones como objetivo ir al gimnasio tres veces a la semana durante un mes, serás más capaz de seguir tu progreso y ver el éxito al final.
La afinidad de grupo también puede ser un motivador muy útil para cumplir los objetivos. Tanto si se trata de un grupo de amigos como de tus compañeros de trabajo, tendemos a trabajar mejor y a responsabilizarnos más de nuestros objetivos en equipo que en solitario.
Prioriza, no te comprometas
Cuando miramos nuestra lista de tareas, objetivos y quehaceres, a menudo podemos sentirnos abrumados al pensar en cómo cumplirlos todos. Cuando nos sentimos así, la priorización lo es todo. Y aunque cada uno de estos elementos puede ser importante, no todo es urgente.
A continuación se presenta un útil cuadro de alineación que podemos utilizar para priorizar nuestras tareas, mantenernos motivados y cumplir nuestros objetivos.
El fracaso no es el fin
Por último, cuando se trata de establecer objetivos eficaces que nos motiven, es fundamental tener en cuenta que quedarse corto no es el fin del mundo. Nos ponemos objetivos para crecer como personas y mejorar en las cosas que son importantes para nosotros. Y como es imposible ser bueno en todo, es crucial reevaluar la forma en que vemos el fracaso, volviéndonos estratégicos con él. En última instancia, si fracasas, sigues creciendo y dando pasos para crecer. Evalúa lo que has aprendido y lo que te ha motivado a lo largo del proceso y dónde puedes construir en el futuro.
El resultado final
Todo el mundo encuentra y aprovecha la motivación de diferentes maneras. Cuando se trata de establecer y completar objetivos, no solo es una gran manera de crecer en nuestra vida personal y profesional, sino que está incorporada a nuestra naturaleza. Así que, la próxima vez que te pongas objetivos, ten en cuenta estos consejos para asegurarte de que son eficaces para tus propios motivadores, que son alcanzables de forma realista y que promueven el crecimiento.