Cuando se trata de objetivos de fitness, especialmente si eres un principiante, puede ser difícil mantener el compromiso y la constancia. Todo el mundo quiere perder peso rápidamente y, si no lo consigue, abandona todo el proceso.
Pero no es así como funciona, tus objetivos de fitness, como cualquier otro objetivo que tengas para ti, necesitan dedicación, paciencia y trabajo duro. No hay atajos para ello. Si te cuesta alcanzar tus objetivos de fitness, esto es lo que puedes hacer:
Haz que tus objetivos sean alcanzables.
Establecer objetivos poco realistas es el primer paso hacia el fracaso. Cuando empiece un nuevo plan de fitness, establecer objetivos inalcanzables a largo plazo puede ser contraproducente y le llevará a la frustración. Comienza con pequeños pasos y luego ve subiendo a medida que te acostumbras a la nueva rutina y cuando notes que se producen progresos por pequeños que sean.
Trabaje en un objetivo a la vez.
No te abrumes con tantos objetivos al mismo tiempo. Por ejemplo, empieza primero con un plan para eliminar el azúcar y caminar 30 minutos cada día. Cuando conquistes este reto pasa al siguiente, como ir al gimnasio 3 veces a la semana, luego incluye levantar pesas, y así sucesivamente.
Controla tu progreso.
La recompensa es una de las cosas que nos hace seguir adelante. Cuando notamos un logro en algo en lo que hemos estado trabajando, nos motivamos para hacer más y seguir adelante. No pierdas de vista tus resultados y reconócelos por pequeños que sean.
Identifica tus retos.
Tienes que pensar en las cosas que te impiden alcanzar tu objetivo. Ya sea la falta de propósito, los problemas de gestión del tiempo, etc. Pregúntate “¿cuáles son las barreras que se interponen en mi camino? Cuando tengas una respuesta a esa pregunta podrás trabajar para resolver el problema.
No te obsesiones con la báscula.
La báscula no debe ser el indicador que te diga si lo has conseguido o no, el progreso lo es. Es totalmente normal que hayas perdido un par de centímetros o que hayas bajado una talla más, pero que sigas pesando lo mismo en la báscula porque probablemente hayas sustituido la grasa corporal por masa muscular. Piensa en si eres capaz de aguantar una tabla durante más tiempo, de correr más rápido y en cómo ha mejorado tu resistencia