Hay muchos tipos de inteligencia, pero estos son los cuatro que más necesitas para alcanzar tus objetivos y llegar más lejos.
Seguro que ha oído decir que cada persona tiene una capacidad cognitiva diferente. La inteligencia no es simplemente una cuestión de sacar buenas notas en la escuela, ser capaz de calcular la propina de un billete sin recurrir a una calculadora o conocer la historia de Roma como la palma de la mano. La inteligencia adopta muchas formas diferentes, y algunas de ellas pueden ayudarte a tener mucho más éxito.

Tener éxito no significa necesariamente ser el director general de tu propia empresa o tener un saldo bancario de muchos dígitos. También se refiere a alcanzar los objetivos que te has marcado, en términos de crecimiento personal y profesional. Puede consistir en alcanzar el punto en el que estás satisfecho con la vida que llevas, y para llegar a él tendrás que tomar algunas decisiones inteligentes y dar otros pasos.
No encontrarás el éxito si evitas tomar decisiones difíciles (o, peor aún, cualquier decisión). Si no tienes la capacidad de comprometerte con objetivos futuros y empezar a dar los primeros pequeños pasos para alcanzarlos, no progresarás. Trabajar en diferentes tipos de inteligencia es la clave para iniciar el camino hacia el éxito.
La doctora y autora Lissa Rankin escribió en el sitio web mindbodygreen que hay cuatro tipos de inteligencia que pueden determinar si alguien tendrá éxito.
Los 4 tipos de inteligencia y cómo desarrollarlos
Inteligencia mental
Se refiere al pensamiento crítico y los que sobresalen en ella siempre buscan estar mejor informados (con hechos reales y confiables), son curiosos y cuestionan todo lo que ven y leen en su búsqueda de la verdad.
Cómo desarrollarla:
Puedes ampliar tu inteligencia mental a través de la educación formal, leyendo, tomando clases y escuchando a expertos hablar sobre sus áreas de autoridad. Busca siempre oportunidades para estar mejor informado. Siempre hay espacio para crecer y aprender cosas nuevas.
Inteligencia intuitiva
La consultora Human Company describe este tipo de inteligencia como una combinación de razón e instinto. Te permite tomar buenas decisiones y elegir incluso en situaciones en las que no tienes todos los datos, no puedes conocer todos los resultados posibles y no puedes prever qué ocurrirá exactamente en respuesta a tus elecciones. Te permite entender las cosas incluso cuando no se explican o no se pueden explicar explícitamente.
Cómo desarrollarla:
Tienes que aprender a escuchar y observar, prestar atención a los detalles y aprender a confiar en tu voz interior. El objetivo es seguir tus intuiciones y, al mismo tiempo, no dejarte distraer por el ruido, sobre todo por aquellos que te desanimarían a la hora de perseguir tu objetivo (al igual que Jeff Bezos creyó en su idea para Amazon cuando casi nadie lo hacía).
Inteligencia emocional
Este es probablemente el tipo de inteligencia más importante, ya que se trata tanto de entender y controlar tus propias emociones como de entender y relacionarte mejor con los demás. Ser capaz de escuchar de verdad a los demás es necesario para convertirse en un mejor líder al que la gente quiera seguir. La inteligencia emocional también es clave para mantener la calma bajo presión.
Cómo desarrollarla:
Herramientas como la meditación, los ejercicios de atención plena y la terapia pueden ayudarle a comprender mejor sus emociones y a convertirse en una persona más empática. También es fundamental trabajar para escuchar de verdad a los demás y tomarse el tiempo necesario para entender exactamente lo que te están diciendo.
Inteligencia somática
Este tipo de inteligencia está relacionada con nuestro cuerpo físico, y se refiere a la capacidad de entenderlo y a cómo le afectan los acontecimientos que ha vivido -o los que está viviendo en ese momento-. Nuestro cuerpo es más inteligente de lo que creemos, y nos revela mucho si aprendemos a escucharlo. La inteligencia somática nos permite entender lo que están tratando de decir. Un ejemplo de ello es cuando nuestro corazón se acelera cuando estamos en una situación de peligro.
Cómo desarrollarla:
Esfuérzate por ser consciente de cómo se siente tu cuerpo: ejercicios como el yoga pueden ayudarte a estar más en sintonía con él. Con el tiempo serás más capaz de comprender el origen de las sensaciones físicas y confiar más en los mensajes que recibes de forma intuitiva o a través de tu instinto, por así decirlo. Una parte clave de este proceso es mantener una mente abierta y atenta a las señales que recibe.