El desarrollo tradicional del liderazgo está roto. El papel del líder es liderar a su equipo y, sin embargo, según muchos directores generales, la mayor parte del desarrollo del liderazgo no implica realmente a los equipos. De hecho, preguntamos a los líderes por qué no desarrollan a sus equipos, y más del 35% dijo que era porque no tenían un libro de jugadas. En su lugar, se sienten obligados a subcontratar a costosos consultores y a “divertidos” eventos fuera de la empresa una o dos veces al año.
Todo el mundo, sea cual sea su nivel, se merece la oportunidad de desarrollar y comprender su estilo de liderazgo y trabajar en un equipo enérgico. Por eso, en Jyre hemos desarrollado nuestra propia guía para mejorar la eficacia de los equipos.

Las ideas que proporciona ayudarán a los equipos de aprendizaje y desarrollo a estructurar una formación de liderazgo impactante, que tenga en cuenta la perspectiva del empleado. A continuación, encontrará un extracto que le guiará a través de los cinco principios principales que necesita entender para empezar.
Preparando el terreno para una mejor formación en liderazgo
Los equipos son sistemas complejos formados por individuos con sus propias habilidades, perspectivas, deseos y formas de trabajar. Aunque la dirección de cualquier equipo tiene su parte de altibajos, los equipos nuevos tienen el reto de establecer un entendimiento compartido de los objetivos del equipo, las disciplinas, los diferentes caracteres y las formas de trabajar.
Hay cinco cosas que es importante saber sobre la dirección de un nuevo equipo que pueden ayudar a sentar las bases de la eficacia en el futuro. Incluso si se trata de un equipo establecido, comprobar que se tienen estas prácticas es un ejercicio valioso. Para los profesionales de L&D que trabajan en la formación de liderazgo, estos principios deberían ser una parte integral del desarrollo del curso.
Autoconciencia personal
Mejorar el conocimiento de uno mismo proporciona una comprensión más profunda de por qué se piensa y se siente de determinadas maneras. Nos ayuda a sintonizar con nuestra forma de liderar y el efecto que tiene en el equipo. ¿Su reacción por defecto es lanzarse al rescate? ¿Evitar los problemas? ¿Buscar culpables? Las experiencias pasadas y los sistemas de creencias pueden alterar la forma de abordar las situaciones y las tareas. Como líder (y miembro del equipo), una mayor conciencia de sí mismo le permite ser más reflexivo sobre sus acciones y el efecto que tiene en los demás. Los comentarios de los demás sobre cómo te perciben se basan en tu autoconocimiento para hacerte más consciente de tus comportamientos, tus puntos fuertes y tus puntos ciegos.
Mejora constante
¿Cómo sería si su equipo tuviera un alto rendimiento y alcanzara sus objetivos? Los equipos deben revisar periódicamente lo que hay que hacer para mejorar su eficacia.
Esto podría implicar la revisión de sus procesos, el desarrollo del conjunto de habilidades de los equipos o la mejora de las formas de trabajo y comunicación entre equipos. El énfasis está en la mejora constante; dar importancia a las prácticas reflexivas y retrospectivas ayuda mucho a ello. Otro elemento esencial para la mejora constante es dar y recibir regularmente la información pertinente. Cuanto mayor sea el ritmo, la complejidad o la incertidumbre a la que se enfrenta su equipo, más tiempo tendrá que dedicar a la mejora constante.
Objetivos compartidos
Tener un propósito compartido es una parte esencial de lo que hace que un grupo de personas sea un equipo. Se trata de crear objetivos significativos como equipo que sean claros y motivadores, proporcionando la tan necesaria claridad de visión para su nuevo equipo. Cuando los equipos poseen una comprensión compartida de las prioridades, los objetivos y las tareas, se puede esperar una mayor motivación y rendimiento. Al establecer los objetivos, a menudo ayuda a identificar por qué es importante y qué solución está creando. Revise y repase periódicamente sus objetivos para comprobar que siguen siendo las cosas correctas en las que centrarse y para aportar energía renovada al equipo.
Un camino creíble
Para que los miembros del equipo mantengan la eficacia del mismo, deben creer tanto en la ruta como en el destino. Los caminos creíbles consisten en convertir su emocionante visión en realidad creando una hoja de ruta entre el lugar en el que se encuentra ahora y el lugar al que aspira a llegar. Una vez que su nuevo equipo haya comprendido los objetivos del equipo, es el momento de discutir cómo va a funcionar en la vida real. Responder a preguntas como “¿cómo sabremos cuándo se ha alcanzado este objetivo?” y “¿qué haremos si nos encontramos con (inserte el riesgo)?” ayudará a gestionar los aspectos prácticos e infundir confianza en el equipo.
Aprovechar los puntos fuertes de cada uno
Sacar lo mejor de cada uno implica sintonizar con los puntos fuertes de los demás. Al hacerlo, apreciamos la diversidad del equipo y aprovechamos el valor que aporta cada miembro. Como líder de un nuevo equipo, anime a los miembros de su equipo a reconocer las habilidades de los demás y a involucrar a otros en tareas que se adapten a sus puntos fuertes únicos. Cuando un equipo se une en torno a un propósito compartido y trata de aprovechar los puntos fuertes de todos sus miembros, aumenta la confianza en el equipo y es más probable que el apoyo y los comentarios constructivos formen parte de su práctica diaria. Descubrirá que los miembros se sienten responsables del éxito de los demás, lo que les convierte no en un grupo de individuos sino en un equipo de alto rendimiento.